Dedicado al grano de mi labio, y al de los adolescentes o adultos, que les torturan o les torturaron como a mi.
Se distingue el color de la piel humana con sus contrastes y poros esperando el día de su infección. Una pequeña e insinuante bolita blanca empieza a emerger desde las profundidades de la piel grasa y gastada por el tiempo sin ningún intento de parar el volcán que le está saliendo, llegando a un tamaño tan considerable como para que el amo se de cuenta de su molestia decidiendo hacerlo erupcionar contra sus dedos dejando una leve cicatriz para toda su vida.