En mi caso prefiero chocolate con bizcochos antes que café (nunca me ha gustado, será que no salgo de la infancia).
Hemos llegado a San Francisco y hemos entrado al primer sitio que hemos encontrado para comer, el Cafe Nook, al entrar nos ha sorprendido el silencio y:
Sí, todos, menos una persona estaban con su portátil y su café, muy concentrados, seguramente ni se enteraron de que les hice la foto y menos de que entrásemos.
Curiosamente había dos mesas vacías, encima de esas mesas había un letrero que decía que no podías sentarte con portátil…
Como ha cambiado la actitud en los cafés, las miradas al horizonte de la calle a través del espejo gastado han sido sustituidas por miradas hipnotizadas ante una pantalla de ordenador como la nuestra al escribir estos pensamientos desde el mismo café, por cierto muy rico, el sándwich, no el café que no lo probé.
Al principio parece una imagen triste, con poca vida ¿Dónde está el ruido de las páginas del periódico, el hombre que mira a las bellas mujeres entrando, el murmullo de la gente hablando?… Todo se quedó ante un monitor.
Pero pensándolo bien, en el poco tiempo que he estado en el bar, he hecho una foto, he comido un delicioso manjar mientras editaba la foto en mi mini ordenador (Asus eeepc 1000he) le he quitado puntos de contraste, he añadido otros en algunos portátiles, he puesto filtro Lomo y mientras procesaba he hablado con mis padres por skype y he leído los nuevos emails, mientras ya estaba publicando la foto en flickr y twitter donde otros compañeros virtuales la han comentado a la vez que estábamos mirando hoteles para ir a dormir en Mariposa cerca de Yosemite… y aún he tenido tiempo de observar la luz entrando por los gastados cristales. Y me pregunto yo ¿Aquí no hay vida?
En mi entorno de amistades en España, la mayoría parece e incluso lo dicen, que les da vergüenza ir con el portátil a un bar, no saben lo que se pierden.
Y si, en New York también es normal encontrarse los bares con un portátil en cada mesa.