…que en la hora del recreo me tiraste de la oreja con toda tu fuerza arrastrándome hasta la cocina escolar, por creer que era yo quién mojaba a los alumnos con el agua de la fuente, cuando solamente había ido a beber, ahora gracias a la anchura que tomó mi oreja es mucho mejor para escuchar a diferencia de lo que no hizo usted.
…que me ridiculizaste en la clase por no saber leer la hora del reloj analógico, cuando casi nadie de la clase lo sabía porque la lección aún la habíamos estudiado, pero por algún motivo decidiste que tenías que reírte de mi consiguiendo que los alumnos se rieran contigo, aunque esos mismos alumnos, muchos después de 2 años aún no sabían leer la hora del reloj de agujas, yo si, gracias de todo corazón ese día me hiciste entender que el profesor no es mi amigo, ni educador, sino otro alumno más que se ríe de mi.
…por ayudar a que los alumnos continuaran diciéndome «bien peinado» en vez de por mi nombre, el día que en la clase de tutoría me levanté para pedirle ayuda ya que por culpa de un subnormal de «amigo» consiguió popularizar el apodo que un día me gritó un conductor de autobús: «Bien peinado siéntate» inspirado por el peinado mojado todo pa tras que mi madre me hacía con toda la buena intención del mundo, sin pensar en lo animales que son los niños sumados a la inspiración de un conductor al que le tenía y le tengo mucho aprecio y que me tomé con gracia su apodo, hasta que ese demente de alumno lo extendió como una plaga, pero que pensé que sería erradicado con la ayuda de la profesora. Mala idea la mía cuando te conté ante toda la clase y contestaste: «Pues que suerte! al menos te dicen bien peinado y no mal peinado! jajaja», aún peor si recuerdo que eras amiga de mi madre, serás bruja, con el tiempo tu aspecto se volvió de bruja por el que se popularizó llamarte «la bruja», ¡que suerte! al menos no te llaman profesora, ¡sería ir en contra de la realidad! con tu ayuda entendí que en la vida te tienes que espabilar sólo y que las palabras no sirven de nada, empecé a agarrar por el cuello, ahogando a quién me dijera el apodo y efectivamente empezaron a dejar de decirlo…
…que me pegaste el gran bofetón por que creías que yo era quién molestaba en clase cuando era la alumna de al lado, entendí que la violencia no educa, porque a partir de ese día no quería escuchar a una persona que me pegó sin razón.
…que demostraste a toda la clase como podías levantar a un niño (por suerte no era yo) junto a su pupitre, con tan sólo una mano agarrando la solapa del cuello, cursábamos 5 de EGB. Ese día no aprendí nada pero quería ser el más fuerte para levantarte a ti.
…por tirarme la tiza por el simple echo de estar distraído (algo muy normal en mi), pero que por suerte esquivé y golpeó a otro. Si un día tienes suerte a lo mejor nos consigues sacar un ojo.
…que te reíste de mi junto a los dos compañeros de trabajo en grupo por las faltas que hice al escribir, allí entendí que para aprender no puedes esperar apoyo ni ayuda del profesor o alumno, que los que saben les gusta humillar en vez de educar, gracias a tu actitud irresponsable, cuando un profesor me decía que saliera a la pizarra para escribir el dictado, me negaba en redondo.
…que en una ruleta de preguntas donde yo nunca contestaba porque no estudiaba, un día decidí estudiar como un loco para contestar preguntas, y aunque tu veías que levantaba constantemente la mano en todas preguntas decidiste no preguntarme nunca, hasta llegar a una pregunta que no sabía la respuesta por la que no levanté la mano, y tu, muy inteligente, pensaste en que era el mejor momento para joderme, por lo que me pediste que contestara, después de decir que no lo sabía una lágrima me resbaló de mi ojo, de rabia, de injusticia, entendí que la escuela sólo te premian si memorizabas, no soy un empollón, no puedo memorizar todo el libro como otros compañeros, necesito entender las cosas no memorizarlas, por suerte de mayor descubrí que querías joderme ya que en mi vida me han preguntado sin tener la oportunidad de informarme.
…por meterme en un solo día un montón de notas negativas en el diario escolar para que vieran y firmaran mis padres sobre tonterías mías, como no estar atento en clase en el día de mi aniversario y castigarme sin recreo hasta el punto que un alumno te dijo que no se pasara tanto que era mi aniversario, y yo en realidad era un buen chico, que no estudiaba pero no era mal alumno, no molestaba, no era un gamberro ni nada, pero imagino que ser amiga de mi madre ayuda a pensar que me tenías que dar por culo, en vez de sentarte conmigo ha hablar para preguntarme porque no estudiaba más, a lo mejor entonces sabrías que en mi casa ese año no eran florecitas sino un infierno que me afectó volviéndome estúpido y que una nota a mis padres era como una bomba nuclear que no sólo me afectaba a mi, ese día aprendí a falsificar firmas y esconderle el diario a mis padres, descubrí que decir mentiras te ayuda a no sufrir, en vez de conversar.
… que nos castigaste porque nos enseñábamos (comparamos) el pito en 2 de EGB en el recreo, y nos amenazaste con pasarnos por las clases con el pito en el aire atado a un hilo rojo, en vez de preguntarnos porque lo enseñábamos y hacernos reflexionar sobre lo que hacíamos, ser conscientes. Ese día el pito se volvió la cosa más misteriosa del mundo, y con los años curiosamente nos da vergüenza enseñarlo.
… que sin corazón, cuando fui a buscar unos papeles en una oficina donde se reunen los profesores, uno dijo, «¡anda! este es el niño que siempre llegaba tarde, y el que sacaba malas notas, y el que… etc, si si, es él, jaja, ¿y ha pasado los cursos? increíble». Tan increíble como ver que no teníais intención de ayudar sino de joder, empecé a pensar que el título de profesor lo daban en la tómbola y que si vosotros teníais trabajo y lo hacíais tan mal, yo podría llegar a hacer cualquier cosa porque me sentí más inteligente, no con más memoria o mejor cálculo, pero si más inteligente como ser humano racional.
… que nos castigabas por estornudar en las clases de 2 d’EGB…….pues vale….
… que nos obligabas a comer la comida de mala manera sino nos gustaba, cabreándote, ¿a lo mejor a ti te gusta toda la comida? ¿sabes que somos niños? durante un año hice de monitor de niños de 6 años, ese año te recordé y entendí que lo tuyo no era la educación, a un niño se le debe hablar, hacerle entender y jugar con la comida, comiendo tu mismo esa comida y dándole envidia diciendo que está buenísima, por ejemplo, así conseguí que mis niños comieran tranquilamente sin que me tengan miedo ni me odien como yo si te odié.
…que pegaste un bofetón a varios niños menos a mi que lo esquivé, por tener fotocopias de un dibujo de SonGoku y Vulma dándose por detrás y saliendo por la boca de Vulma un bastón mágico con el texto «¡Alárgate bastón!», aunque yo era el único que no se demostró la posesión de dicho dibujo ya que lo tiré días atrás, pero un alumno dijo que yo si la tenía y sin preguntarme ni comprobarlo me intentaste dar la bofetada. En vez de preguntarnos que hacíamos con eso y explicarnos porque era malo tenerlo ¿es malo? ese día el sexo fue para nosotros lo más deseado, ¡¡era algo prohibido!!
… que nos educasteis en la comparación, en la competición, en vez de la colaboración, ahora el mundo necesita que colaboremos pero no tenemos ni idea de como se hace, vamos todos contra todos.
… por no educar, por no dar buen nombre a la palabra profesor. Espero que nunca más eduques si es que alguna vez lo hiciste, y deseo que la profesión aprenda de ti para no volver a repetir los mismo errores y que sólo existan los buenos profesores, los que lo sienten, y con la esperanza que aprendáis de ellos y no repitáis los errores que ya no podéis corregir, porque niños lo somos una vez, no hay vuelta atrás, sólo como ahora, volviendo en recuerdos.