Una profesional del audiovisual me ha escrito para comentarme qué sintió al ver un vídeo mío sobre un tema que también documentó, y me ha impresionado tanto que quiero compartirlo:
Te confieso que pasé dos días de bajón. No sabía cómo podía hacer algo que se diferenciara de lo que habíais hecho. Los planos, el audio, la luz… Me quedé helada.
Pero todo esto me hizo esforzarme mucho más que lo que lo habría hecho si no hubiera visto vuestra pieza.
Pasé un par de semanas buscando mi propia forma de retratar. Al final quedó una pieza a la que le encuentro más fallos de los que me gustaría, pero con la que siento que di un paso más allá en mi forma de editar.
Sin quererlo, con vuestro vídeo me ayudasteis a evolucionar.
Se usa mucho la frase «ese sí es un profesional», o «me gustaría trabajar con profesionales». La persona que me ha escrito el mensaje, es esta profesional, con quien no dudaría en trabajar. Esta actitud de aceptar errores y aprender de lo que hacen los demás en vez de despreciarlos, debería ser el deporte nacional, el mundo iría mucho mejor.
Recientemente he vivido cómo un vídeo que hice fue publicado con infinidad de errores que yo nunca hubiera aceptado, y que los ve cualquier persona, en realidad molesta en la visualización del vídeo y lo peor es que lleva mi nombre. Ahora tengo que pasar tiempo que no tengo a revisar cada plano, que tiene un montón con fallos, y enviárselos para que los corrijan, en vez de que la persona que reeditó mi material diga «oye, es mi culpa, miro de solucionarlo», o de haberse tomado el tiempo en revisar el vídeo y corregirlo en su momento. Ahora tengo que cargar con algo que yo no he hecho y además de tener manchado mi trabajo con mi nombre. Y eso que en su momento dije que cualquier cosa con el vídeo me avisaran. Eso sí que no es ser profesional.
Por favor, que la actitud que transmite la chica del mensaje sea contagiosa y civilice a los demás «profesionales».