Estaba leyendo un post de Andrés Pérez Ortega donde comenta varias frases del autor Tom Wolfe, una de ellas tan cierta, como difícil es mover una montaña, aunque no imposible:
«El éxito depende de tres cosas: de quién lo diga, de lo que diga y de cómo lo diga. Y de las tres la menos importante es lo que diga.«
Me gustaría profundizar en estas 3 claves donde todos en algún momento de la vida nos hemos sentido identificados, como cuando os disteis cuenta en el colegio que el chico con moto, fumador y gamberro, que hablaba con aires de prepotencia aunque dijera la mayor tontería del mundo, era quién tenía éxito y no tu, por eso pediste a tus padres una moto y les robaste 300 pesetas para comprar tu primer paquete de tabaco.
Pero aún así él seguía teniendo más éxito que tu, porque él sabía como decirlo y tu no, y sí, lo que tu decías era inteligente, pero para las otras personas tu sólo eras uno más entre la multitud, un don nadie que copia a otro, no te habías creado tu propia marca y el sí. (este final es un guiño a Andrés)
El éxito que comenta Tom Wolfe es relativo como todo en la vida, porque por mucho «éxito» que tenga ese chico, no significa que consiga tener éxito en los estudios o la vida en general, precisamante este tipo de personas suelen tener una vida de lo menos exitosa.
Pero Tom Wolfe, sabe la verdad, a la larga, lo que digas es más importante que quién lo diga y como lo diga, porque las dos últimas claves son esporádicas, y lo que digas queda para siempre y en el caso de Tom Wolfe escritor de libros aún más evidente es la certeza, pero para que sea recordado, primero busca quién lo debe decir y como tiene que decirlo (un pez que se muerde la cola).
Vamos, que si este post lo escribe exactamente igual el Papa, aunque sea un escrito pésimo, el éxito lo tiene asegurado, pero es que el Papa se ha creado una muy buena marca 😉 pero no la suya propia, sino la del grupo (religión) que lo rodea. Pero esto más bien sería un ejemplo, de como decirlo.
Aunque hay muchas excepciones donde lo que se dice es el responsable del éxito… aunque ahora no me acuerdo de ninguna.
Y para terminar, una anécdota sobre el éxito, y que mejor que la que rodea el último libro que me estoy leyendo y recomiendo o mejor dicho, obligo a leer 😉
«El Hombre en busca de sentido« de Viktor Frankl, este libro primero se publicó en el 1946 con el título: «Un psicólogo en un campo de concentración» y fue un fracaso, lo catalogaron de «libro enfermo». Pero en el 1961, Gordon Allport, autor estrella de la editorial, pidió que se hicieran cargo nuevamente de la publicación del libro. La editorial acepto con la condición de que Victor Frankl (autor del mismo libro) añadiera una breve exposición de las nociones básicas de la logoterapia y del análisis existencial (el libro cuenta su propia biografía como prisionero en los campos de concentración Nazi). Además el título del libro sería sustituido por: «El Hombre en busca de sentido».
El éxito resultó arrolador, hasta el punto de convertirse en un modelo de las futuras ediciones y haciendo olvidar el título original del libro. En 1986 registraron 149 ediciones en más de 20 idiomas.
La historia de este libro es ejemplarizante y paradójica de la relatividad del éxito: de «libro enfermo»… a ser declarado por la Library of Congress en Washington como uno de los diez libros de mayor influencia en América.
¿Tendré éxito en mi cambio a vídeoblog?