Son estas cabezas y no las palomitas, ni las niñas con las hormonas a flor de piel gritando al ver a Brad Pitt, ni la luz del móvil de quien necesita leer ese mensaje tan importante que si no lo lee en ese preciso instante puede ser el fin del mundo, ni los ronquidos del que confundió el cine por su dormitorio, ni los carteles luminosos en un intenso rojo que te sugieren por donde salir si no te gusta la película o salir corriendo en caso de que el que recibe un mensaje en el móvil nos avise que es el fin del mundo,ni pagar 7 euros para ver la película en una pantalla torcida por que el arquitecto tubo un desliz con el compás al dibujar la pantalla, ni pagar para terminar sentado al lateral de la sala teniendo la sensación de estar viendo la tele de mi vecino desde mi casa, NO, mi enemigo público número uno en el cine son las malditas CABEZAS, que en mi caso me perjudica aún más al ser una película versión original SUBTITULADA que en mi caso se convirtió en versión original encabezada.
La foto la hice en el momento de los trailers iniciales antes de la película ENEMIGOS PÚBLICOS.